El seguro de propiedades está tan caro que la gente está optando por no tenerlo
Más de 6 millones de propietarios no tienen seguro en sus propiedades
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El aumento de las primas del seguro de vivienda se debe a años de grandes pérdidas junto con la inflación y las interrupciones en la cadena de suministro que elevan los costos para reparar las casas dañadas. Las primas más altas están poniendo una carga a los propietarios que ya luchan por cubrir el costo de vida. Los propietarios de bajos ingresos y los propietarios de color son los que corren mayor riesgo de quedarse sin seguro de vivienda.
Un estudio reciente de la Federación de Consumidores de América encontró que el 7,4% de todas las propiedades en los EE. UU. no están aseguradas, valoradas en $1.6 billones en activos no protegidos, lo que incluye $339 mil millones en hogares de propietarios hispanos, no asegurados. Este es el nivel más alto de propietarios sin seguro y es por el aumento dramático en el costo de la cobertura.
Los prestamistas hipotecarios generalmente requieren que la propiedad esté asegurada. Si el propietario deja de pagar la cobertura o deja que la póliza expire, el prestamista hipotecario puede comprar un seguro y cobrarle al propietario.. Esto se llama seguro forzado o seguro impuesto por el prestamista y solo protege al prestamista, no al propietario. El costo para el propietario puede ser el doble de lo que normalmente pagarían por el seguro.
Un estudio realizado por la Federación de Consumidores de América encontró que los propietarios que ganan menos de $50,000 al año tienen el doble de probabilidades que la población general de no tener seguro. El mismo estudio muestra que el 14% de los propietarios hispanos no tienen seguro de vivienda. Los hogares hispanos de personas mayores también corren un mayor riesgo de no estar asegurados.
Hay varios pasos que los propietarios pueden tomar para intentar de reducir su seguro de vivienda:
Combinar el seguro de vivienda con el seguro de automóvil u otra póliza.
Aumentar el deducible de la póliza y pedir descuentos.
Comparar precios tan pronto como reciban un aviso de no renovación.
Encontrar un corredor de seguros experimentado que pueda asesorar y acceder a diferentes opciones.
Reducir el riesgo de que su hogar sea dañado o destruido en un desastre.