Las Familias de Miami Luchan por Salvar sus Hogares del Desalojo.
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En Miami, muchas familias están siendo obligadas a dejar sus casas en un vecindario llamado Li’l Abner. Aunque oficialmente se registran como casas móviles o trailers, en realidad son como casas normales. Las familias han vivido allí por muchos años, mejorando sus hogares y gastando sus ahorros para hacerlos seguros y cómodos.
En noviembre de 2024, todos los residentes recibieron un aviso diciendo que debían abandonar sus casas antes del 19 de mayo de 2025. Los dueños del terreno, una empresa llamada CREI Holdings, quieren construir nuevos apartamentos. Ofrecieron pagos pequeños a quienes se fueran antes, pero muchos dijeron que no era suficiente. La mayoría ya se ha ido, pero unas 200 familias siguen allí, negándose a abandonar sus hogares.
Muchas de estas personas son inmigrantes o adultos mayores. Dicen que confiaron en los dueños, quienes les prometieron que podrían quedarse para siempre. Personas como Vivian, que compró su casa en 2008 y la mejoró con mucho esfuerzo, ahora sienten miedo y desesperanza. Otros, como Milagro, compraron sus casas justo antes del aviso de desalojo, usando todos sus ahorros pensando que era un lugar seguro para sus familias.
Ahora los vecinos están tomando acciones legales. Dicen que el desalojo no es justo ni legal. La ley de Florida da protecciones especiales a quienes viven en parques de casas móviles, incluyendo tiempo suficiente para mudarse y la oportunidad de comprar el terreno. También dicen que el gobierno local permitió este cambio para ayudar al desarrollador.
Algunos residentes creen que el estrés de perder sus hogares ha causado graves problemas de salud. Un hombre murió de un ataque al corazón al día siguiente de dejar su casa. Otro se quitó la vida.
Las personas están protestando y exigiendo justicia. Marchan con carteles, comparten sus historias y pelean en la corte. Muchas casas han sido dañadas o quemadas. También hay preocupación por el asbesto, un material peligroso que está en algunas casas que están siendo demolidas.
Aunque la fecha límite para dejar el vecindario está muy cerca, las familias que aún resisten esperan que un juez detenga el desalojo. Están luchando por salvar el lugar que llaman hogar y quieren que el mundo sepa lo que está pasando.
Esta historia muestra lo difícil que es para las familias trabajadoras encontrar una vivienda accesible en Miami. Los precios suben muy rápido y muchas personas no pueden seguir el ritmo. El futuro de Li’l Abner se decidirá en la corte, pero por ahora, las familias siguen firmes y no se rinden.